La COP28 en los ojos del mundo

Por Valeria Lozano

La próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28) está en el horizonte, y con ella, la mirada crítica y aprensiva del mundo entero. Pese a las esperanzas de alcanzar un consenso para establecer un plan de acción contra el cambio climático, los obstáculos y desafíos que se ciernen sobre este evento son innegables.

Con la ciudad de Dubái como anfitriona, nos encontramos ante la conferencia climática más grande de la historia. Sin embargo, las tensiones entre las naciones ricas y contaminantes y las naciones más pobres y vulnerables, que sufren las consecuencias más graves del cambio climático, amenazan con empañar el evento.

La elección de uno de los principales productores de petróleo del mundo para liderar estas negociaciones no ha pasado desapercibida, generando críticas y debates sobre su idoneidad. Los Emiratos Árabes Unidos sostienen que su posición única puede influir positivamente en otras naciones ricas en recursos para que reduzcan sus emisiones de manera más agresiva. No obstante, la tarea que tenemos por delante no es nada sencilla. La resistencia de algunos países a una transición rápida y la complejidad de alcanzar un consenso son obstáculos evidentes que no pueden subestimarse. 

En la última década, las Conferencias de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático han sido momentos clave en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, el saldo de estas reuniones, desde la emblemática COP21 en París hasta la más reciente COP26 en Glasgow, ha dejado mucho que desear.

COP21: París, 2015

La COP21 en París fue un punto de partida emocionante. Las naciones del mundo se unieron para firmar el histórico Acuerdo de París, estableciendo un objetivo ambicioso: mantener el calentamiento global por debajo de 2 grados y esforzarse por limitarlo a 1.5 grados. Prometía un futuro más sostenible y la esperanza de un compromiso global.

COP22: Marrakech, 2016

La COP22 en Marrakech se centró en avanzar en la implementación del Acuerdo de París. Aunque hubo avances en términos de financiamiento climático, la necesidad de medidas concretas se hacía cada vez más evidente. Las metas establecidas en París parecían difíciles de alcanzar.

COP23: Bonn, 2017

La COP23 en Bonn se enfocó en detalles técnicos para la implementación del Acuerdo de París. A pesar de algunos avances en temas de financiamiento y adaptación, la falta de compromisos sólidos en la reducción de emisiones generó desánimo. Las naciones no estaban cumpliendo con sus promesas.

COP24: Katowice, 2018

En la COP24 en Katowice, se acordaron reglas para implementar el Acuerdo de París. Aunque hubo consenso en la mayoría de los puntos, la falta de ambición en la reducción de emisiones seguía siendo un obstáculo. Los compromisos eran insuficientes para abordar la crisis climática.

COP25: Madrid, 2019

La COP25 en Madrid fue testigo de una creciente brecha entre la urgencia de la ciencia climática y la lentitud de la acción política. La falta de un acuerdo sólido sobre los mercados de carbono y las promesas incumplidas de los países en reducción de emisiones dejaron una sensación de fracaso.

COP26: Glasgow,2021

La COP26 en Glasgow generó expectativas considerables. Aunque se logró el Pacto Climático de Glasgow, que instó a los países a revisar y fortalecer sus compromisos de emisiones, aún no se ha logrado transformar las promesas en acciones tangibles a una escala suficiente. La brecha entre las metas y la acción real persiste. De la COP 27, no tenemos mucho que decir.

Las COP han sido oportunidades para que el mundo tome medidas audaces contra el cambio climático, pero los resultados han sido poco notables. La urgencia es innegable, y es esencial que las naciones se comprometan no solo a establecer objetivos ambiciosos, sino a cumplirlos. 

Históricamente, las COP anteriores han sido criticadas por su falta de avances sustanciales en cuestiones fundamentales y su dificultad para alcanzar acuerdos efectivos. 

La Agencia Internacional de la Energía ha establecido condiciones claras para que la COP28 se considere un éxito, entre ellas un aumento sustancial de la inversión en energías renovables y mejoras en la eficiencia energética. Sin embargo, se necesita un compromiso real y decisivo de todas las naciones participantes. 

Con conflictos bélicos como telón de fondo, las emisiones de gases de efecto invernadero están alcanzando niveles alarmantes, aunque parece que la palabra “alarmante” ya no es suficiente. El mundo mira con sospecha, pero también con la esperanza de que los líderes mundiales superen sus contradicciones y actúen responsablemente. La COP28 debe convertirse en un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático, o afrontaremos las consecuencias.

 

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