Despegando hacia un futuro más verde

Por Valeria Lozano

La aviación es un sector que a lo largo de los años ha permitido desplazarse largas distancias, facilitando una gran conectividad global que ha impulsado el enriquecimiento cultural y el comercio internacional. Sin embargo, también es una de las industrias que más contamina. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), la aviación contribuye con alrededor del 2% de las emisiones mundiales de carbono. Aunque este porcentaje puede parecer bajo, la industria está en constante crecimiento debido a la alta demanda actual.

Aunque la industria de la aviación señala repetidamente que sólo emite el porcentaje mencionado anteriormente, un estudio elaborado por Stay Grounded muestra que el efecto no se limita al CO2. Los aviones también generan otros elementos nocivos, como el metano, el ozono y la nubosidad inducida, los cuales tienen un mayor impacto en el ambiente que el CO2.

Según el informe de European Business Aviation Association (EBBA), los aviones y jets privados son de 5 a 14 veces más contaminantes que un vuelo comercial. Si bien es poca la gente que tiene avión privado, esta pequeña población se encarga de generar alrededor del 50% de las emisiones mundiales de la aviación. Este tipo de transporte es muy usado por celebridades e incluso para viajes cortos de menos de 25 min. La modalidad de uso de vuelos privados fue parte de un movimiento en redes sociales donde se criticó a la popular cantante pop Taylor Swift por la contaminación que genera con sus vuelos privados. En 2022, la firma británica Yard, la catalogó como la figura pública que más emisiones de CO2, con alrededor de 8,293.54 toneladas, aproximadamente de 1,284 veces más que una persona promedio. 

Actualmente, ella ha comprado bonos de carbono, los cuales compensan los daños al ambiente que genera con sus vuelos. Por otra parte este tipo de créditos o bono de carbono, según la IATA, son para compensar los daños al ambiente, también puede llegar interpretarse como permisos baratos para contaminar, según algunos ambientalistas. 

Los bonos de carbono también puede llegar interpretarse como permisos baratos para contaminar, según algunos ambientalistas

Sin embargo, existen países como Francia y Bélgica, los cuales han sido más estrictos,  Bélgica en especial al implementar un impuesto adicional para el uso de este medio de transporte privado. Claramente no parece una gran acción, pero marca pauta para en un futuro implementar normatividad como la obligación de uso de SAF, multas por uso innecesario, e impuestos justos para la compra de jets o combustible, podrían ser marcar una gran diferencia en un futuro.   

 Aviación sustentable

En los últimos años, la industria ha comenzado a implementar medidas para reducir las emisiones, que van desde la reducción del peso de las aeronaves hasta el uso de materiales biodegradables en el servicio (desechables, papel de baño, servilletas). Aunque estos avances generan un impacto positivo, es crucial abordar el principal contaminante: el combustible fósil.

Gracias a investigaciones recientes, se ha desarrollado un combustible sustentable llamado SAF (Sustainable Aviation Fuel), el cual busca reemplazar al queroseno. Este combustible se fabrica a base de recursos sostenibles, como el aceite de cocina usado, residuos sólidos, como empaques de cartón, madera e incluso residuos agrícolas. Tiene la ventaja de ser una materia prima renovable y emite un 75% menos de emisiones desde su producción hasta su combustión, dependiendo de su cadena de suministro y los materiales usados. Este avance es fundamental para reducir el impacto ambiental y alcanzar la meta fly net zero 2050, la cual fue propuesta por los mismos miembros de la IATA (International Air Transport Association).

Un combustible sustentable llamado SAF (Sustainable Aviation Fuel) busca reemplazar al queroseno

El SAF representa un gran paso hacia la sustentabilidad en la aviación. Aunque actualmente solo puede mezclarse con el combustible fósil en un máximo del 50%, es un avance significativo. Sin embargo, es mucho más costoso que un combustible tradicional, debido a la escasez de materia prima sostenible y el continuo proceso de innovación tecnológica para su producción.

En fin, la solución no solo radica en un combustible alternativo, también se deben optimizar las rutas e implementar nuevas medidas en términos de regulación de vuelos y uso de aeronaves más eficientes.

Acciones para una industria más sustentable

En la actualidad, este transporte es indispensable para la economía y movilidad actual. Muchas aerolíneas buscan reducir su impacto ambiental, además de tener sus propias metas de sustentabilidad a corto y mediano plazo; prueba de ello es la aerolínea DELTA, que ha reducido los plásticos de un solo uso. Además, «está dando otro paso hacia su meta de cero emisiones netas para 2050 con las pruebas de la nueva tecnología de reducción de fricción de Aero Design Labs en sus flotas 737-800 y 737-900. Al reducir la fricción, las aeronaves son más aerodinámicas y consumen menos combustible durante el vuelo», se lee en sus metas hacia el net zero. 

DELTA tiene la meta de crear una flota con la vida útil más larga y sustentable posible.

Otras aerolíneas nacionales como Volaris y VivaAerobus buscan reducir sus emisiones hasta en un 35% para 2030, adquiriendo nuevas aeronaves que cuenten con tecnología NEO (una nueva generación de motores), las cuales ayudan a reducir el consumo del combustible hasta un 16%, emisión de óxido de nitrógeno en un 50% y huella de sonido en un 75%. 

Y aunque nadie se plantea la opción de simplemente dejar de volar, quizá momentos como el que atraviesa el planeta requieran de soluciones más radicales. Para eso, hay que echar a volar la imaginación. 

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