Por Redacción
Este jueves, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Servicio Copernicus de la Comisión Europea confirmaron que julio de 2023 será el mes más caluroso registrado. El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, anunció en una conferencia de prensa en la sede de la ONU en Nueva York que «julio de 2023 romperá récords en todos los ámbitos».
Un recordatorio desgarrador de la realidad climática
Guterres describió la gravedad de las consecuencias: «Niños arrastrados por las lluvias monzónicas; familias huyendo de las llamas; trabajadores que se derrumban en un calor abrasador». Los fenómenos climáticos extremos, como las olas de calor en gran parte de América del Norte, Asia y Europa, y los incendios forestales en países como Canadá y Grecia, han tenido un impacto severo en la salud de las personas, el medio ambiente y las economías.
Según la OMM, hay un 98% de posibilidades de que al menos uno de los próximos cinco años sea el más cálido registrado. Las emisiones antropogénicas se señalaron como el principal propulsor de estas temperaturas crecientes.
Acción contra el cambio climático, una necesidad, no un lujo
El Secretario General y Petteri Taalas, director general de la OMM, enfatizaron la urgencia de la acción climática. Guterres argumentó que los líderes mundiales deben tomar medidas concretas para combatir el cambio climático, subrayando la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales para fin de siglo, es crucial actuar de inmediato y con determinación. Guterres reconoció avances en áreas como la energía renovable, pero señaló que aún falta alcance y velocidad. El G20, responsable del 80% de las emisiones globales, debe intensificar la acción climática.
Compromiso y solidaridad
Es imperativo que los países desarrollados se comprometan a alcanzar emisiones netas cero lo más cerca posible de 2040, y las economías emergentes lo más cerca posible de 2050. Para facilitar la transición, los países desarrollados deben apoyar a las economías emergentes.
Además, Guterres instó a las instituciones financieras a cambiar a las energías renovables y a las empresas de combustibles fósiles a trazar un camino hacia la energía limpia. El Secretario General también instó a los gobiernos, empresas, ciudades y regiones a comprometerse con la acción climática.
Litigios climáticos y justicia climática
El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), en colaboración con la Universidad de Columbia, publicó un nuevo informe global sobre la escala del litigio climático y su importancia para la acción y la justicia climáticas. El estudio muestra que los litigios climáticos se han duplicado en cinco años.
El informe también revela que la mayoría de los litigios climáticos se pueden clasificar en seis categorías: casos basados en derechos humanos, desafíos a la no aplicación de leyes y políticas climáticas, esfuerzos para mantener los combustibles fósiles en el suelo, defensa de una mayor divulgación del estado del clima, demandas que abordan la responsabilidad corporativa y las reclamaciones que abordan la falta de adaptación al cambio climático.
Hacia un futuro sostenible
Finalmente, Guterres expresó: «Todavía podemos detener lo peor. Pero para hacerlo debemos convertir un año de calor ardiente en un año de ambición ardiente». Esto significa aumentar la inversión global en adaptación climática y garantizar que los países desarrollados proporcionen 100.000 millones de dólares al año a los países en desarrollo para el apoyo climático. El sistema financiero global también debe corregir su rumbo para respaldar la acción climática acelerada.
Esta evidencia de cambio climático extremo y sus efectos devastadores deben actuar como un recordatorio de la urgencia de tomar medidas enérgicas para combatir el cambio climático. La humanidad ha desatado esta destrucción, y es nuestra responsabilidad detenerla.