Por Salvador Villa
Un estudio Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern ha dado en el clavo para reducir los efectos del envejecimiento y con ello reducir la edad biológica 2.5 años.
Kyeezu Kim, autora principal del estudio y becaria postdoctoral en la Facultad, asegura que los espacios verdes puede ayudarte a verte más joven, y para ello realizó una investigación seria para dar con estos resultados, los cuales aportarían claves para el desarrollo urbano y la salud pública.
Con su grupo de colegas, Kyeezu investigó una forma de alteración química del ADN llamada “metilación”. La metilación es un proceso químico que ocurre naturalmente en nuestro ADN.
A medida que envejecemos, ciertos patrones de metilación en el ADN tienden a cambiar. Estos cambios pueden ser utilizados para calcular la edad biológica de una persona a nivel molecular, lo que se conoce como “reloj epigenético”.
Mediante el análisis de este reloj, los científicos pueden predecir las posibilidades de que una persona experimente eventos como ataques cardíacos, cáncer o deterioro cognitivo.
Los hallazgos
El Dr. Kim y su equipo llevaron a cabo un estudio durante 20 años, desde 1986 hasta 2006, en el que analizaron las direcciones de 924 personas en cuatro ciudades de EE. UU. para determinar la proximidad de su residencia a zonas verdes y parques.
Estos investigadores combinaron estos datos con muestras de sangre tomadas en el mismo período de tiempo, tomando en cuenta otros factores como educación, ingresos y riesgos como el tabaquismo.
Los resultados fueron contundentes. Un grupo de participantes vivía en direcciones con un 20 por ciento de cobertura verde dentro de un radio de 5 km, y presentaron una edad biológica aproximadamente 2,5 años mayor que aquellos cuyas casas estaban rodeadas por un 30 por ciento de cubierta verde.
Según los investigadores, esta diferencia en la edad biológica se atribuye, en parte, a un incremento en las interacciones sociales y a una mayor actividad física. Además, el estudio reveló que la relación entre el envejecimiento epigenético y la presencia de áreas verdes era especialmente notable en individuos que residían en barrios desfavorecidos.
Un bonus especial
Los efectos positivos para la salud derivados de la visita a espacios naturales en entornos urbanos han sido ampliamente documentados.
Un estudio realizado en Finlandia y publicado en enero de este año, encontró que la visita a áreas verdes reduce significativamente la necesidad de medicación para el asma y la presión arterial alta en aproximadamente un tercio y un cuarto, respectivamente, entre los residentes urbanos.
Además, frecuentar parques y áreas naturales puede tener un impacto notable en la salud mental, reduciendo la dependencia de medicamentos en un 33 por ciento.
La Dra. Mirjam Schindler, profesora de Geografía Humana en la Universidad Victoria de Wellington, comentó que este estudio proporciona información valiosa para los planificadores urbanos y responsables de la toma de decisiones. Especialmente, resulta relevante en los debates actuales sobre estrategias de vivienda, subrayando la importancia de la proximidad a espacios verdes para aprovechar sus beneficios en la salud, incluso en lo que respecta al potencial de retrasar el envejecimiento epigenético.
Sobre decir que la naturaleza es un espacio lleno de belleza y los efectos armónicos sobre el ser humano sobran. Unas cuantas plantas dentro de casa son la muestra más tangible de que el entorno verde siempre es mejor. Además, los espacios llenos de vegetación son reguladores naturales del calor, algo de lo que todas y todos tenemos muchas noticias últimamente.