El futuro nos alcanzó, pero nosotros seguimos en el pasado

A pesar de los llamados de alerta que han ocurrido durante décadas, los desastres de los efectos del cambio climático no han logrado ser paliados por los líderes mundiales. Un futuro aciago se ve en el horizonte.

Por Valeria Lozano

Los efectos del cambio climático cada vez son más devastadores. Los desastres naturales y el clima extremo en varias regiones del mundo, combinados con el fenómeno de El Niño, demuestran que estamos en una situación alarmante. Mientras algunas regiones sufren olas de calor, países como Brasil, en la región de Rio Grande do Sul, han recibido la peor parte. Las inundaciones y lluvias extremas han obligado a evacuar ciudades enteras y han destruido carreteras y puentes.

Según Médicos Sin Fronteras (MSF), este desastre natural ha tenido un costo humano irreparable, con datos provisionales de alrededor de 158 fallecidos, 88 personas desaparecidas, 600 mil personas desplazadas y aproximadamente 1,7 millones de personas afectadas. Aunque estas cifras pueden cambiar con el tiempo, ilustran el impacto que fenómenos similares pueden tener a nivel mundial debido al calentamiento global.

Océanos calientes y deforestación como factores

Los desastres naturales han aumentado debido a factores como el incremento de gases de efecto invernadero (GEI), que han alcanzado valores récord. Carlos Nobre, científico ambiental brasileño y copresidente del Panel Científico para la Amazonía, menciona: “El calentamiento global coloca más humedad en la atmósfera”. Con los océanos más calientes, estos evaporan una mayor cantidad de agua. Investigaciones recientes sugieren que eventos de lluvias extremas seguirán aumentando en frecuencia mientras los niveles de GEI se mantengan altos en la atmósfera. Los océanos seguirán absorbiendo energía y, en consecuencia, su temperatura seguirá en aumento.

Con más de 11 millones de habitantes, Rio Grande do Sul ha sufrido una devastadora inundación.

El contraste entre la ola de calor en el centro de Brasil y un frente frío proveniente del sur favoreció este fenómeno extremo. Este “bloqueo atmosférico” provocó que el frente frío se quedará detenido en Rio Grande do Sul. Sin embargo, la deforestación destinada principalmente al cultivo ha contribuido a las inundaciones en el sur de Brasil, ya que la vegetación desempeña un papel fundamental en la retención de agua. Científicos relacionan el calentamiento con la deforestación sufrida en las últimas décadas en la región. “Tenemos un componente global de cambio climático y uno regional, que es la pérdida de vegetación nativa. Está aumentó la intensidad de las inundaciones”, afirma el biólogo Eduardo Vélez, de MapBiomas, un consorcio climático de ONGs y universidades brasileñas.

Rio Grande do Sul, motor de la economía brasileña por su actividad agropecuaria, ha perdido alrededor de 3,6 millones de hectáreas de vegetación nativa, un 22% según un estudio liderado por Vélez. Esta pérdida provoca que las intensas lluvias no se absorban adecuadamente, permitiendo que el agua corra libremente. El color marrón del agua que afectó a más del 90% de los municipios, incluida la capital Porto Alegre, “muestra hasta qué punto se perdieron toneladas de suelo”, explica Vélez.

“Tenemos un componente global de cambio climático y uno regional, que es la pérdida de vegetación nativa. Está aumentó la intensidad de las inundaciones”: Eduardo Vélez

También África

Brasil no es el único lugar donde las inundaciones son extremas. En África Oriental, la OIM señaló que las lluvias torrenciales han provocado inundaciones catastróficas y desplazamiento de tierra, llevando a que 234 mil personas tengan que desplazarse y afectando a alrededor de 637 mil personas más. Esto muestra cómo el cambio climático está afectando la movilidad y aumentando el riesgo de enfermedades.

África es vulnerable al cambio climático a pesar de emitir sólo el 4% de las emisiones de GEI. Rana Jaber, directora regional de la OIM para el Este y Cuerno de África, señaló: “Estas inundaciones, que son devastadoras y sin precedentes, han revelado la dura realidad del cambio climático, cuyos efectos están llevándose vidas y desplazando a las comunidades”. La región se ha visto afectada por ciclos alterados de sequía y grandes precipitaciones en la última década.

Inundaciones en lugares impensables. África también se ha vuelto vulnerable a los efectos del cambio climático.

La OMM informó que las catástrofes se producen por dos factores: el fenómeno de El Niño y el Dipolo del Océano Índico. Sin embargo, el exceso de GEI en la atmósfera está provocando una gran influencia, especialmente en el calor extremo. La emergencia por inundaciones es una de las duras realidades del cambio climático, que ya ha cobrado vidas y ha desarraigado a comunidades enteras.

El exceso de GEI en la atmósfera está provocando una gran influencia, especialmente en el calor extremo

Lo que no hacemos

Si bien las inundaciones son desastres naturales que no se pueden evitar, se puede disminuir su impacto y nivel de destructividad a través de un desarrollo urbano sostenible. Esto incluye la implementación de áreas verdes para la infiltración, la restauración de la flora nativa para una mejor absorción del agua, la creación de áreas multifuncionales, sistemas de retención de agua en hogares y, sobre todo, una correcta planificación urbana. Es crucial respetar el medio ambiente para no poner en peligro el equilibrio natural, lo cual puede reducir significativamente las pérdidas económicas y humanas. Con el crecimiento de la población, es necesario cubrir las necesidades de hogares, vialidades, transporte y alimentación de manera sostenible. Aunque no es una tarea fácil, tomar acciones, por mínimas que sean, ayuda al medio ambiente.

 

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