En pleno siglo XXI, donde la tecnología ha avanzado tanto pero no la razón, los conflictos bélicos de gran escala nos bombardean con una doble inmoralidad: sus cruentas consecuencias para inocentes y su alarmante huella de carbono, solo comparada prácticamente con la industria que más emite en el mundo.
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo